jueves, 28 de febrero de 2013

"Secuestrados por la culpa"



Este es un pequeño artículo sobre algo que ocurre con asiduidad a día de hoy. Yo como seguidor de los Ases y de los Vanes, quiero mejorar, crecer, cultivar mi independencia, conocer mis debilidades, convertirlas en ventajas, conocerme mejor, y de ese modo, ser capaz de aportar a mi comunidad lo mejor de mí mismo. Creo que esto en fundamental en el mundo Ásatrú, para mi es una parte importante en mi forma de relacionarme con los Ases y Vanes, y desde luego no es algo que tenga que ser visto de este modo por otros practicantes Ásatrú.
Pensando en esto temas, comencé a pensar en los cambios acontecidos en mi forma de ver el mundo y de relacionarme con él, es entonces cuando caí en la cuenta de que hasta que decidí seguir el camino de los Viejos Dioses, al igual que casi todo el mundo que se cría en un país católico (España sin ir más lejos) nos hemos convertido en presos de la culpa, vivimos en un mundo en el que buscamos culpables para todo, cualquier cosa que nos sucede negativamente, ha de ser culpa de alguien. Esto está muy bien si lo que quieres es simplemente quedarte a gusto y no darle más vueltas al asunto, pero a un nivel filosófico, la culpa es el asesino de la responsabilidad y de el crecimiento activo a nivel espiritual y mental.
Los judeo-catolicos, nos han convencido, de que desde que nacemos, ya somos culpables de algo, nacemos sucios y en pecado, nos guste o no nos guste, casi todos nos hemos criado escuchando esa cantinela, pero en el fondo, sabemos que no somos culpables ¿Qué ocurre entonces? Es bien sencillo, si yo sé que soy buena persona, entonces los culpables han de ser otros y es en este punto en el que comenzamos las típicas frases del estilo “es que la culpa es de la gente” o “es que la gente no tiene personalidad” 
cosas así, nos convertimos en jueces y si por el motivo que sea, dejamos que alguien nos haga sentir culpables de algo, nuestra voluntad se verá inutilizada, pensaremos en lo mal que lo hemos hecho y perderemos las oportunidades de aprendizaje que la equivocación conlleva. Muchas personas, ocultan sus actos por ese temor al juicio externo, muchas personas, no llegan a ser todo lo que podrían llegar a ser por temor a ser declarados culpables (porque no nos engañemos, todo aquel que se empeña en seguir su camino contra viento y marea, es culpabilizado y juzgado continuamente) y al final, todo esto puesto en el común social, desemboca en sumisión, temor y falta de iniciativa. Desemboca en una sociedad mediocre, dominada por aquellos que te convencieron de que eres culpable de algo, pero lo que es peor aún, acto seguido trataremos del mismo modo (juzgando y culpabilizando) a aquellas personas, que por cualquier motivo consideremos una amenaza a nuestros intereses o simplemente a aquellos que tengan menos carisma que nosotros y nos puedan hacer sentir más fuertes.
Desde que comencé a darle vueltas al asunto, llegué a una conclusión, ¿Qué ocurriría si comienzo a responsabilizarme de mis actos? ¿Qué ocurriría si trato de encontrar mi parte de responsabilidad en las cosas que me ocurren, en lugar de buscar culpables en cualquier lugar?
No voy a responder a estas preguntas, pero creo que una parte importante del culto a nuestros antepasados y a los Ases y Vanes, pasa por no ser monigotes que bailan al son de la música que nos han puesto otros.


-- Jesús Paton --

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